miércoles, 15 de junio de 2016

EL JEQUE


(De mi libro "No juegues con el lobo").

Lo veía erguido en su alto sitial, severo como un dios. El blanco turbante enmarcando el rostro oscuro y perfecto y las blancas vestiduras flotando a su alrededor.
La tienda, en penumbra, dejaba pasar los últimos rayos dorados del ardiente sol del desierto a punto de desaparecer.
- Ven, acércate.
La voz profunda y acariciante la estremeció.
- ¿Cómo te llamas?
Vaciló confundida. "¿Aixa, Zoraida, Leila? ¿O sería mejor decir que soy cristiana?".
Antes de que pudiera decidirse, él la miró profundamente.
- No importa el nombre.
Una mano, fuerte y morena, de dedos largos, le recorrió lentamente la cara, como si quisiera esculpir cada uno de sus rasgos.


Sintió que se hundía en unas arenas movedizas que, en lugar de ahogarla, la sostenían levemente y la elevaban por encima de la tienda, del campamento y del poblado.
Un caballo negro galopaba hacia el horizonte y era él quien lo montaba y era ella la que iba cogida a su cintura, sintiendo la firmeza de su cuerpo y aspirando su aliento...

- ¡Venga, chicas! Es tarde, quitaos los disfraces.
La mujer se dirigió a la más alta y morena.
- Tu madre dice que vayas a cenar. 
La niña empezó a quitarse el pañuelo que había hecho de turbante y la cortina que fuera chilaba.
La más baja y delgada que llevaba muchos collares y una larga falda sujeta con un imperdible preguntó tímidamente:
- ¿Mañana volveremo a jugar a "El Jeque"?
- No. Mañana nos vamos de vacaciones.
- ¡Tan pronto!
- Como siempre.
- ¿Estarás fuera mucho tiempo?
- Todo el verano, tonta, como siempre.
- ¿Me llamarás?
- No sé... Bueno, ya te mandaré algún mensaje. Adios.
- Adios...
La niña se quedó mirando a la amiga que cruzaba el jardín y entraba en la casa vecina. 

La jaima se deshacía, poco a poco, bajo el azote del viento rojo del desierto. Los lienzos blancos ondearon como las alas de un paloma, pronta a emprender el vuelo.
Un caballo negro galopaba y galopaba por un paisaje sin horizonte.



No hay comentarios:

Publicar un comentario